¿CUÁNDO LAS RECETAS PARLAMENTARIAS NOS HARÁN SALIR DE LA CRISIS?
 

Daniel Iborra Fort, Notario de Vilafranca del Penedès (Barcelona)

En un día histórico, el 17 de septiembre de este año, 316 diputados del Congreso, prácticamente todos, aprobaron el siguiente plan anticrisis elaborado, inicialmente, por el grupo catalán de CIU y publicado en este periódico el día siguiente:

1.     Corregir la evolución de la inflación.

2.     Frenar el incremento del desempleo y favorecer la recolocación de parados.

3.     Reducir los efectos de las tensiones de los mercados financieros internacionales y evitar que la falta de liquidez perjudique la financiación de actividades competitivas.

4.     Apoyo a la demanda interna.

5.     Acuerdo en política fiscal y de rentas que han de permitir reducir costes de la actividad productiva.

6.     Incrementar la productividad para impulsar la competitividad.

7.     Reformar el mercado laboral en el marco del diálogo social.

8.     Intensificar la internacionalización de la economía española y reducción del déficit exterior.

9.     Estimular la incorporación de I+D+i a la actividad económica.

10. Liberalizar la economía.

11. Reducir el stock de vivienda sin vender, finalizada o a punto de finalizar.

12. Impulso a la política energética.

13. Medidas ante el incremento de la morosidad.

14. Mantener el equilibrio de los Presupuestos públicos del Estado, autonomías y ayuntamientos.

15. Mejorar la eficiencia de la Administración General del Estado.

16. Incrementar la inversión pública.

17. Garantizar el presente y el futuro del sistema de pensiones.

18. Dotar de mayor transparencia a la actividad financiera.

19. Mejorar el funcionamiento y la eficiencia de los organismos reguladores.

20. Garantizar un sistema educativo que mejore el capital humano.

Era un acuerdo asentado en principios que consideramos evidentes, en nuestro artículo, publicado en El Economista el 11 de agosto pasado.

Se reconoce el carácter interno de la crisis y su profundidad, pues, el plan abarca todos los aspectos que inciden en la producción.

La economía española estaba abocada a una reconversión ya que, en su modelo, tenía un excesivo peso el sector de la construcción, sobredimensionado para el mercado actual por falta de financiación interior y exterior, la ausencia de una demanda solvente interna mientras que la  gestión, tanto pública como informativa, de los problemas del urbanismo, especialmente en la costa mediterránea  han arruinado, con sus actuaciones escandalosas y desprovistas de sentido común , el dinamismo de la demanda exterior.

Con el tiempo podremos cuantificar el daño que al empleo, a las inversiones, a la renta y hasta a los presupuestos públicos de estas zonas, que esperaban convertirse en la California europea, provocaron aquellas actuaciones, mas cercanas al mundo cruel del espectáculo que a la prudencia y la seriedad de un Estado de Derecho que no utiliza a sus ciudadanos según la conveniencia sino que protege las libertades y derechos de todos ellos, por igual y sin discriminación.

Para compensar el ajuste de la construcción, deberíamos ampliar la producción de bienes y servicios de los otros sectores si queríamos mantener nuestro nivel de vida y de prestaciones sociales.

Todo ello era coherente con las recomendaciones de los organismos internacionales y los mercados de capitales exteriores que nos avisaban de nuestra pérdida de solvencia por la elevada inflación, el gran desequilibrio exterior y la pobre competitividad de nuestra economía.

Pero, para ampliar las ventas, teníamos que cambiar radicalmente, nuestro modelo de producción, con el objeto de mejorar la calidad y el precio de los bienes, porque, si no, nos pasaría como las casas que los tendríamos en los almacenes esperando compradores.

Entonces, si el plan es competitivo ¿cuándo saldremos de la crisis?, pues…  cuando antes se ponga en marcha.

Si tuviera que escoger uno de los puntos para su ejecución inmediata, este sería el 3º.

El dinero para las empresas es como la simiente para la siembra, no se puede tocar.

Las empresas del sector productivo, salvo casos excepcionales, están  descapitalizadas y sin recursos financieros, debido a la reducción de márgenes provocado por la enorme competencia interior y exterior, ésta última potenciada por la  devaluación del dólar y el acrecentamiento del  diferencial de inflación con nuestros competidores, desde la introducción del euro.

La adecuada financiación es la garantía para el mantenimiento del actual nivel de empleo y de renta, de los ingresos públicos y de la solvencia de la Seguridad Social, del sistema de pensiones y hasta de las Instituciones Financieras.

Si este problema de liquidez no se soluciona inmediatamente, la destrucción del tejido empresarial será irrecuperable y,  si se sucede la liquidación de empresas y el remedio financiero viene posteriormente, seguramente, una buena parte de ellos, buscará en otros espacios geográficos, incluso dentro de su propio país, localizaciones más competitivas en costes tanto de instalación como de funcionamiento, con abastecimientos energéticos garantizados en cantidad y precio, infraestructuras eficientes, con una mejor atención del sector público…. y sin tantos problemas financieros y legales para su empresa, para iniciar nuevamente su vuelo.

Pero, además, los puntos aprobados son básicos para asegurar el futuro de la sociedad. Deberían ser obligatorios para todo cargo público que se encargue de las áreas económicas, ya que, la sociedad tendría la garantía de que, en su ejercicio, no se desviaría del interés común.

DANIEL IBORRA FORT, NOTARIO Y ANALISTA DE INVERSIONES

25 DE SEPTIEMPRE DE 2.008

desde el 27 de septiembre de 2008.