Queridos hijos míos:
Sé que os duele la mano de transcribir hipotecas. Sé que se os ha agarrotado desde el codo a la muñeca.
Sé que os resulta pesado, aburrido, reiterado, copiar con buena letra vencimiento anticipado o condición financiera.
Sé que os sentís muy frustrados de no poder mejorar lo que otros redactaron, de no poder abreviar lo que otros no abreviaron, de no poder amparar al que otros no ampararon.
Sé que lo imponen los bancos que por prestar dinerito quieren tener amarrado al pobrecillo currito con todo su clausulado.
Pero una vez escriturado sin que píe ni rechiste tu ejemplar hermano no voy a tí a consentirte que a su texto metas mano.
Deja de calificar: no te habrá de preocupar, el si inscribo o si transcribo Tú dedícate a copiar aunque parezca abusivo.
Además, mira a tu hermano cómo él sí me ha obedecido.
Yo no quiero que mis hijos tengan que estar preocupados. Es mejor que ni miréis lo que le ocurra al currito que otros son los implicados si le llega el sacrificio.
Es el banco quien lo ata, quien lo pela, quien lo sangra y el juzgado lo remata.
Y así el consumidor pasó a ser consumido. Y el banco financiador el pisito habrá adquirido.
Y nadie podrá impedirlo pues yo al calificador ya lo tengo sometido.
Que mamá, con mucho mimo, se dedica a su labor de sujetar a sus niños.
Visita nº desde el 20 de febrero de 2008
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