UNA APORTACIÓN DE LA POESÍA A LA Daniel Iborra Fort, Notario de Vilafranca del Penedès (Barcelona)
Frecuentemente se plantea, en nuestros medios culturales e intelectuales, el problema de la resolución del injusto reparto de la riqueza en el mundo. Hay un consenso general en que los países ricos colaboren en la elevación del nivel de vida de los pueblos con un mayor retraso social. Pero las soluciones distan de ser las más adecuadas. Se insiste en la teoría del reparto de la riqueza como única vía de solución sin ir a la base de la diferenciación económica. Las naciones que más han progresado durante los últimos años no lo han hecho por casualidad. Entre ellas hay países que carecen de materias primas y recursos naturales, que están alejadas de los mercados mundiales y que, hasta hace poco, mantenían grandes dosis de subdesarrollo económico. Partieron por el sendero del progreso únicamente con el bagaje de sus propios recursos humanos y unas normas económicas que aseguraron la libertad y el estímulo individual. Mientras tanto, países que a principio de siglo estaban entre los más ricos del mundo, en la actualidad están totalmente arruinados. Y eso mismo lo podemos decir de la mayor parte de los países productores de petróleo. ¿Por qué se enriquecieron los primeros? Porque en los mercados mundiales sus productos ofrecían una mejor relación precio-calidad, ¿y cómo lo conseguían? Pues a través de dedicar en su elaboración más inteligencia, más trabajo y más preparación técnica que otros pueblos. A cambio de la venta de sus productos altamente competitivos recibieron mayor renta que otros países, lo que les permitió iniciar una nueva ronda de inversiones que, aplicadas a la producción con sus cualidades técnicas, les permitió obtener nuevos productos que destacaban, otra vez, en los mercados a donde se dirigían. Los países que no trabajaban con esta calidad perdían cuota de mercado y, con ello, renta, nivel de vida y empleo. De ahí que comentamos, al analizar la crisis del petróleo, que no hubo una crisis específicamente de energía que incidió en los países consumidores, sino una crisis que se cebó en sociedades dirigidas por políticos incompetentes y carentes de pragmatismo, en pueblos sin espíritu de trabajo y con escasa preparación, y en modelos de producción intensivos en gestión pública o poco competitivos, obsoletos para dar respuesta adecuada a los problemas económicos que se les plantearon. Porque, como ha demostrado la crisis del petróleo, la riqueza se desplaza siempre hacia los poseedores de inteligencia y trabajo. Todo esto es aplicable tanto a las naciones, a los pueblos más trabajadores y eficientes dentro de ellas como a los individuos más diligentes y emprendedores dentro de sus pueblos. Es como una transacción continua en la que van perdiendo riqueza los más perezosos y torpes, en beneficio de los más activos e inteligentes. De ahí que no he encontrado un mensaje que defina más certeramente la vía de progreso de los pueblos que el siguiente fragmento de Joan_Maragall (ELOGI DEL VIURE):
Los pueblos que han aprendido este mensaje, hasta convertirlo en parte de su ser, son los que han sentado las bases para su desarrollo económico, social y cultural.
27 de junio de 1.995
* INCLUIDO EN EL LIBRO ¨DE COMO SE PUEDE RESOLVER LA CRISIS ECONÓMICA , EL PARO, LA CORRUPCIÓN POLÍTICA Y TENER UNA DEMOCRACIA EFICIENTE, LEYENDO UN PEQUEÑO LIBRO¨ ( 2.009)
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