DE LOS PODERES Y LAS BELLAS MUJERES
En esto de los poderes y de si son suficientes hay dos pareceres por completo diferentes y de distinto color: dependiendo de si eres Notario o Registrador.
Pero la gente corriente no comprende esta cuestión ni le entra en la cabeza que por una sutileza surja tan gran discusión.
Así que permítanme, amigos, para explicar lo que digo usar la comparación.
Pues bien, háganse ustedes idea y figuración de un mundo imaginario en que tanto los poderes como las bellas mujeres se le exhiban al Notario.
Ocurre que el documento resulta ser al poder lo mismo que a la mujer resulta ser el vestido es decir: el continente.
Pero lo trascendente vive Dios que ha de ser por supuesto, el contenido.
Mas el notario prudente, de todo lo que se le enseña, luego sólo reseña lo que estima pertinente:
Ni en el poder facultades, ni en la mujer sus beldades.
Aquéllas por suficientes y éstas por discreción.
Que si luego la ocasión lleva al registrador a exigir sin pudor se le exhiba el contenido, desdeñando el continente, Aquél pasará por decente y éste por pervertido.
JDR
Notario excedente (y decente) y Registrador convertido.
|
|