UNA NUEVA CONCIENCIA

Alfonso Maldonado Rubio, Notario de Quart de Poblet (Valencia)

     He leído la carta de Juan Andújar y quiero expresarle mi felicitación con profusión y entusiasmo. A la luz de su contenido hay que plantearse la cuestión de si no será conveniente crear un estado de opinión sobre la liberalización del arancel -sus pros y contras- como estrategia con el fin de sustraer de una vez por todas el arancel de las manos del gobernante dados los escrúpulos que exhibe.  Podríamos abreviar y concluir simplemente que la culpa de todos nuestros males la tiene el mundo que no comprende nuestra función, y encerrarnos en el despacho otra vez con la enfiteusis. Este sería un comportamiento altamente gratificante. Pero para mí, que la culpa es nuestra.

     La pagina TRES de la Revista  nº 8 septiembre-octubre 2008 de “El Consejo Informa” permite apreciar la estrategia que seguimos en el notariado para subsistir. En ella se califica a los notarios como un “cuerpo de servidores del Estado”  (vid. última línea pág. 3) con las consecuencias que este desvío tiene para nuestra función y  nuestra consideración social. Yo, antes que servidor del Estado, me siento un  servidor del individuo. Y si forzosamente tengo que ser del Estado para subsistir que no me llamen notario, que me llamen fedatario, tan de moda y peligroso. Para mí la acentuación del carácter funcionarial, por otra parte necesaria frente a Europa, encierra tres graves peligros:

 Primero.- Que si somos tan funcionarios como los demás, los demás funcionarios pueden oponernos discriminación en el cobro de nuestras rentas por arancel estimando que somos unos funcionarios privilegiados: mala publicidad.

Segundo.- Que si somos tan funcionarios, el Estado nos exigirá más tareas administrativas sin poder repercutir el coste al ciudadano, con menos personal: mala calidad en el servicio.

Tercero.-Que si el Estado rebaja el arancel y tenemos que compensar esta bajada engordando en la factura los actos de gestión, se está liberalizando la función. Este efecto, el de tener en la factura un arancel que estrecha y un acto de gestión que engorda es antagónico porque se está liberalizando a un funcionario. Un contrasentido.

Cuarto.- Que si nos protestan una factura notarial no hay norma que nos proteja de una impugnación de la factura por el cobro de los actos de gestión, con lo cual esa reclamación tendremos que solventarla en la vía judicial, con el desamparo para todo notario y  la perdida de la dignidad por la vergüenza de ser funcionario y pasar por la impugnación sin tener justicia a que agarrarse.

     Suscribo pues, íntegramente, la magnífica carta de Juan Andújar.  En mi modesta opinión, ha llegado el momento de reflexionar y:

1º, dada la incapacidad de una clase política entregada al profesionalismo y a la demagogia y su poca, -por no decir nula- preparación para comprender la trascendencia de las instituciones, entre ellas, el notariado y la registral;

2º, dados los desaires que sufrimos de parte de la ciudadanía que antes que ver en el nuestro un cuerpo de profesionales de elite de bajo coste al que se puede acceder con el sistema más barato (un lápiz, apuntes y un flexo) y más democrático sin precisar unos papás que paguen el master de Harvard o el que sea;

3º, dado que no nos ha sido dada la luz para la conquista de la posición en la gran banca -preferimos debatir sobre la naturaleza de la enfiteusis-, algo, lo de la banca, que debemos empezar a considerar para acallar las voces de aquellos que sólo ven en la persona un  propietario de una casa super-tasada para préstamos garantizados con hipotecas que se venden nadie-sabe-donde, olvidando la función social que en su día tuvo la institución del préstamo a la vivienda,  o que ven en el sujeto un bolsillo donde colocar un fondo de inversión, sin venir a cuento otra cosa que no sea inventar productos financieros con el fin de no interrumpir la cadena de ofertas  capaces de llevar a todo el planeta a la bancarrota;

4º, dado el giro planteado por el CGN con el fin, al menos, de subsistir entregándonos al Estado, único ser que parece recibirnos con los brazos abiertos siempre que nos mostremos sumisos y dóciles, y  dada la doctrina del "podía haber sido peor" con que los que mandan acallan nuestras voces así acobardadas, por si metemos la pata, o lo hacemos peor;

5º, dado el vergonzoso comportamiento de este Estado-padre  con este proyecto de rebaja de arancel cuya redacción material es muestra mas que sobrada, no sólo del desprecio por nuestra función, sino hasta de desconfianza en nuestras personas y honor, no porque nos exija explicar al ciudadano detalladamente las partidas que cobramos –información a la que tienen perfecto derecho y nosotros gusto de explicar,  sino porque tenemos que elevar informes al propio Estado-padre que desconfía de sus hijos;

6º, dada la imposibilidad de conocer el autor intelectual ni el material del proyecto de este decretazo,  lo que convendría porque nos permitiría conocer a nuestros más acérrimos detractores, por no llamarlos claramente enemigos;

7º,  dadas las dificultades que representa nuestra profesión en un mundo jurídico dominado por macro-despachos de abogados de mucho inglés especialistas en la literalidad de tres artículos del cambiante fiscal, frente a un notario conocedor del recto espíritu de tres códigos decimonónicos, que se bate a diario contra mil detalles en una sola hora, a mas de advertirse hoy, encima, si la firma es sospechosa;

8º,  dada la incapacidad revelada en los últimos años por las cúpulas notarial y registral para comprender que son las diferentes naturalezas de nuestras dos funciones hermanas las que promueven las fricciones que fundamentan precisamente el valor de la seguridad jurídica, que sin fricciones no habría valor;

9º, dado que el mundo moderno se mueve por los grupos de presión, por los lobbys, y así  obra en todos los manuales de la ciencia política moderna, y que los lobbys son el medio más idóneo, natural -pues la unión hace la fuerza- neutral, pacífico y sincero para la íntegra defensa de los intereses de las colectividades sociales, y que esta defensa del notariado  debe abanderarse  no ya porque los gobernantes deben conocer sus ventajas, sino porque todos los notarios estamos moralmente obligados a defender con todos los medios legales a nuestro alcance las instituciones que mejoran la sociedad, la economía y el bienestar social y el notariado lo es, y ya que las colectividades que no se organizan en lobbys están expuestas a ver mermadas sus cualidades y, por tanto, condenadas a mutar su naturaleza, como está ocurriendo con el notario que de servidor del individuo está derivando en servidor del Estado; y

10º,  dado que en los tiempos que corren la crisis agrava las penurias, acelera los corazones y crispa las inteligencias, y por tanto, dado que no estamos obligados a pasar los que llegamos por que nos digan lo que tenemos que ser los que se van-, hemos de plantearnos los más jóvenes si no será conveniente UNA NUEVA CONCIENCIA en el notariado que sea capaz de corregir el desvío hacia el que caminamos y nos enderece en el mercado moderno creando el lobby, volviendo a la política de donde nunca debimos salir, conquistando una  posición, liberalizando los honorarios, facilitando el asociacionismo para conseguir con ello, aparte los deseables efectos que pregona Juan Andújar, dejar de ser objeto de la demagogia del político, recuperar la mermada dignidad  en la sociedad civil, competir con los demás profesionales del derecho y la economía en régimen de equilibrio e igualdad,  y volver a centrarnos en nuestra milenaria actividad con la tranquilidad de existir como somos, y no de subsistir como sea.

ALFONSO MALDONADO RUBIO

NOTARIO DE QUART DE POBLET

Tf.-961.533.533-Fax.-961.533.552

alfonsomaldonado@notariado.org

visitas desde el 2 de diciembre de 2008.