JOSÉ MANUEL GARCÍA COLLANTES, PRESIDENTE DEL CONSEJO GENERAL DEL NOTARIADO
Mi objetivo esencial es el de consolidar el papel del notario como jurista de calidad, consejero de quienes solicitan sus servicios, redactor de documentos y controlador de legalidad de su contenido.
Breve referencia biográfica:
Resulta difícil, en pocas líneas, trazar el semblante biográfico de José Manuel García Collantes, madrileño, de 58 años, casado, con dos hijas, notario de vocación, con más de treinta años de experiencia en el ejercicio de la profesión, y que ha ejercido en poblaciones de muy diferente perfil (Alburquerque, Sacedón, Burgos, Alcorcón y Madrid). También está curtido por otras muy diversas vivencias profesionales, desde su vinculación a la Universidad, como doctor en Derecho por la Universidad Complutense y Profesor Asociado de Derecho Mercantil en esa Universidad, hasta Presidente del Tribunal de Oposiciones al título de Notario en las penúltimas, habiendo formado parte también de otros dos Tribunales anteriores. Pero, sin duda, dentro de su trayectoria, descuella su proyección internacional, para lo que le sirve de gran ayuda los cuatro idiomas que domina. Fue delegado del Notariado español para la Unión Europea, delegado de Asuntos Internacionales del Consejo General del Notariado, Presidente de la Comisión de Asuntos Europeos de la Unión Internacional del Notariado y Presidente del Congreso Mundial del Notariado de 2007. Actualmente es consejero de la Unión Internacional del Notariado. Corporativamente, ha sido miembro de las dos últimas Juntas Directivas del Colegio Notarial de Madrid, antes de su reciente elección como Decano de este Colegio. Y, como Decano electo, fue designado Presidente del Consejo General del Notariado, para un periodo de cuatro difíciles años, en la solemne reunión constitutiva celebrada el pasado 1 de diciembre. La decisión fue por unanimidad, lo que vaticina la superación de una etapa anterior de desencuentros.
Preguntas:
1.- ¿Cuáles son los objetivos que intentará alcanzar durante su etapa al frente del Consejo General del Notariado? Respuesta: Lógicamente son muchos. Pero el primero y esencial es el de consolidar el papel del notario como jurista de calidad, consejero de quienes solicitan sus servicios, redactor de documentos (a los que confiere autenticidad de fondo y de forma) y controlador de legalidad de su contenido. En definitiva, poner en valor la función del notario y del documento notarial. Tenemos una historia muy antigua y el proceso de instauración (y en algunos casos de reinstauración) del sistema notarial latino-germánico en el mundo actual demuestra que el modelo sigue siendo válido y eficiente. Esto no quiere decir que no sea perfectible. Pero, desde luego, sí quiero dejar muy claro que el posible perfeccionamiento no va en el sentido de una mayor liberalización de la función, sino en una afirmación del carácter público de la misma, que siempre ha existido pero que algunos (sobre todo desde Europa) han pretendido poner en duda en los últimos tiempos. Precisamente por eso, es imprescindible, en mi opinión, potenciar los instrumentos que aseguren la imparcialidad e independencia del notario (el lugar de firma, la protección de los consumidores...), así como su régimen disciplinario, entre otras cosas. 2.- Las relaciones con los representantes de los registradores han pasado por periodos de tensión que, a veces, parece que se cronifican. ¿Cómo las plantea durante su mandato? Esto es algo prioritario y muy urgente. Está en la mente de todos. Quiero transmitir de una manera clarísima y rotunda a todos los registradores y notarios de España que voy a poner todo mi empeño en terminar con la situación actual. En el programa electoral de nuestra candidatura al Colegio de Madrid se decía que creíamos que era perfectamente posible trasladar al nivel corporativo el mismo clima de cordial entendimiento que existe entre muchos notarios y registradores aun manteniendo puntos de vista divergentes en temas importantes. Mi mano está tendida y lo estará siempre para el diálogo y el entendimiento. Tenemos que ser conscientes de que nos debemos a la sociedad y de que ambos (notarios y registradores) estamos al servicio de los intereses generales del Estado y de sus ciudadanos. Ambos somos necesarios y complementarios. Pero también tenemos que ser capaces de resolver las cuestiones que nos dividen (que existen y NO son de escasa trascendencia) y que afectan a la propia esencia de nuestro sistema de seguridad jurídica preventiva. Y esto lo tenemos que abordar en plano de igualdad y en conjunto, derrochando grandes dosis de generosidad y sentido común. Y me parece que el momento político actual es muy propicio. Sería una irresponsabilidad desaprovecharlo. 3.- Ha habido mucho debate en los medios de comunicación acerca de la intervención notarial en bodas, separaciones y divorcios. ¿Cuál es su criterio al respecto? Es algo que nosotros nunca hemos pedido. Pero si el Gobierno considera que podemos ser útiles para ello, no nos negaremos evidentemente. Se enmarca en el proceso de desjudicialización que nuestro actual Ministro ha emprendido y que es positivo en términos generales. Pero precisamente, para que esta asunción de competencias sea útil para todos, ha de implicar una mayor agilidad en los procedimientos y ha de saber aprovechar las ventajas que la intervención del notario supone. Si reducimos la intervención notarial a la de un mero escribiente o a la de un simple y folclórico celebrante, ésta constituirá más una traba burocrática que una ayuda eficaz. Por eso es completamente inadmisible que el notario instruya el expediente matrimonial pero no lo resuelva (como va en el borrador de anteproyecto de ley) o que la escritura que documenta el convenio regulador carezca de eficacia hasta la inscripción en el Registro Civil, como también se dice. Si esto no se cambia, no entiendo cuál pueda ser el valor que la intervención notarial aporte en estos temas.
4.- ¿Qué opina sobre la supresión del recurso gubernativo que se incluye en el Anteproyecto de Reforma Integral de los Registros? Me parece un error muy grave. Sería muy perjudicial para la unificación doctrinal y cercenaría muchísimo la posibilidad de recurrir. Aparte de que, desde el punto de vista del Derecho Administrativo, no es doctrinalmente sostenible. Lo que tenemos que hacer entre todos, notarios y registradores, es luchar por recuperar el prestigio de la jurisprudencia de nuestro común Centro Directivo y ser lo suficientemente imaginativos como para diseñar un procedimiento que haga disminuir la litigiosidad. Porque es ahí donde está el problema. 5.- ¿Desea comentar algún otro aspecto del Borrador de Anteproyecto o, en general, de la reforma de la seguridad jurídica preventiva? Lo he dicho ya en varias ocasiones en público: Estamos no tanto ante una reforma de los registros públicos cuanto ante una reforma de todo el sistema de seguridad jurídica preventiva en España. Y no nos gusta ni el fondo ni la forma. Los notarios no hemos participado en ninguna fase de la elaboración del borrador. Es más es que ni siquiera sabíamos que se estaba realizando. Y en cuanto al fondo, creemos que lleva consigo una profundísima desvalorización de nuestra función. Y lo digo con muchísima pena. Creo que un borrador de estas características nunca debería haber salido de nuestra Dirección General. Pero estamos a tiempo de cambiar. Y vuelvo a apelar al diálogo y al entendimiento. Los maximalismos nunca han sido buenos y suelen volverse contra quienes los propician. Somos dos cuerpos (notarios y registradores) de altísimo nivel. ¿Es que no vamos a ser capaces de diseñar una mejora del sistema aprovechando lo bueno que cada uno de nosotros tenemos, que es mucho? 6.- Aprovechando su gran experiencia internacional, ¿cuáles son los retos más interesantes que tiene por delante el notariado europeo? Entre el notariado europeo continental hay una gran semejanza en cuanto al valor y eficacia del documento notarial y una gran diferencia en los sistemas de acceso al notariado. Retos hay muchos, pero posiblemente el más inmediato sea el de contribuir a la creación del espacio jurídico común dentro de la Unión. Y nuestra mejor contribución es, sin duda, la de conseguir el reconocimiento de la libre circulación del documento notarial por toda Europa. Pero ello requiere una homogeneidad en el carácter del notario y en las normas y reglas de elaboración del documento.
7.- Usted ha sido Presidente de Tribunal de Oposiciones a Notarías. ¿Considera satisfactorio el actual sistema o propone alguna modificación?
Creo que son muy pocos los notarios y registradores que rechazan el sistema de oposiciones y la sociedad española lo tiene además muy aceptado. Lo que necesitamos son más bien reformas concretas. Sería muy largo exponer ahora el contenido y alcance de esas reformas, pero creo que es necesario ampliar el temario en las asignaturas y materias de mayor contenido doctrinal y reducir lo que es simple legislación que puede ser modificado en cualquier momento o que después va a ser aprendida por pura práctica. Además de ello, creo que es necesario dar más extensión a las cuestiones de Derecho Comparado y de Derecho Internacional Privado y me parece conveniente añadir una prueba de idiomas. Hoy es inconcebible que un notario o un registrador no domine, al menos, el inglés. 8.- Respecto al sistema para la elección del Presidente del Consejo General del Notariado, ¿cree que sería adecuado promover una reforma para que fuese elegido directamente por todos los notarios o hay argumentos fuertes para preferir el sistema actual? Es ésta una cuestión que ha suscitado un importante debate entre los notarios especialmente en los últimos tres años. No olvidemos que en el año 2011 fue creado una plataforma para promover la elección directa de la cúpula notarial y que en muy poco tiempo tal idea generó la adhesión expresa y documentada de mil notarios, lo que antes jamás había sucedido con ninguna otra iniciativa. Yo no niego que soy firme partidario de ella, lo cual no quiere decir que el sistema actual sea malo o no democrático. Sencillamente creo que la elección directa es mejor y sirve, entre otras cosas, para crear equipos directivos más homogéneos, lo que los dotaría de mayor operatividad. Hay que seguir madurando la idea, con tranquilidad y sin apasionamientos. Y si se confirma la existencia de una mayoría clara en ese sentido, habrá que promover la modificación.
9.- Como consecuencia de la actual crisis, muchas notarías están pasando por momentos muy difíciles. ¿Qué medidas se podrían adoptar para paliar esta situación? Desgraciadamente esto es así en muchas notarías y en muchos registros. Y el servicio notarial y el registral ha de ser sostenible. La reforma de los aranceles, la demarcación y la asunción de nuevas competencias se nos ofrecen como posibles soluciones. Pero no olvidemos que estos temas han de ser enfocados siempre como medios de mejorar el servicio público y no como medios de paliar la situación de determinadas notarías o registros. La verdadera solución a los momentos difíciles de nuestros despachos es acabar con la crisis. 10.- ¿Cuáles son sus aficiones para el escaso tiempo que le queda el ejercicio de sus múltiples responsabilidades? Lamento ser poco original, pero mis aficiones son la música, la lectura y el cine. Lo que ocurre es que cuando uno se va haciendo mayor se va concentrando cada vez más en lo comprobadamente esencial. De ahí que cada vez me guste más Bach, los cuartetos de Beethoven o el siempre sorprendente Wagner, sin olvidar el lied alemán. En cuanto a literatura y cine, digo lo mismo. Busco los grandes temas de la naturaleza humana: amor, odio, culpa y redención. Y eso nadie lo ha tratado mejor que los grandes autores rusos o nuestro Galdós, por ejemplo. En materia deportiva soy poco futbolero pero muy baloncestista.
CONSEJO GENERAL DEL NOTARIADO 2012: REUNIÓN CONSTITUTIVA
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