Hace unos días y con motivo de la firma de un préstamo para emprendedores ICO a 7 años, mantuve una conversación con el cliente sobre si era más conveniente formalizarlo con interés fijo o variable. Le comenté que, una vez, publiqué un artículo sobre qué tipo de interés tendríamos en el futuro, en el periódico EXPANSIÓN y en el que dadas las dificultades de la previsión de un dato que dependía de tantas variables, había llegado a la conclusión de que, cuando alguien me preguntaba sobre qué haría en el futuro el tipo de interés, lo más razonable era contestarle que “dame el futuro y te diré el tipo de interés”. El tipo de interés de los países es como la nota para los alumnos. Si hiciéramos una clasificación comprobaríamos que los países que tienen los tipos de interés más bajos son los que presentan mejores registros en sus datos económicos y más calidad en su sistema productivo. Conforme empeoran los resultados de sus economías las monedas tienen que cubrir este desfase de calidad con intereses superiores que compensen el riesgo del tipo de cambio. En un mundo tan complejo y tan falto de información independiente y solvente y con tanta manipulación interesada, creo que es uno de los criterios más fiables para medir la evolución de las economías nacionales y la calidad de sus sistemas económicos. Si en los últimos tiempos nos hemos beneficiado de una reducción de la prima de riesgo no ha sido por casualidad sino porque, nuestra política económica, estaba siguiendo un curso sensato aunque tenga imperfecciones e insuficiencias. Pero los costes son incomparables a los que hubiera ocasionado un camino errado. El caminar por la dirección correcta es lo que ha provocado que las entidades internacionales y los mercados financieros hayan cambiado de opinión sobre nuestro futuro. Y es que, dentro de la Unión Europea, los países ya no pueden cubrir sus compromisos con emisión de moneda. Están en una situación parecida a las familias y las empresas. Las familias que gastan más (como es nuestro caso) de lo que ingresan necesitan financiación y nadie presta a quien no demuestra que tiene capacidad de ahorro o patrimonio que asegure su devolución. De manera que, podemos intuir la respuesta del director de un banco a quien solicitamos financiación para resolver nuestro déficit,” el que volvamos cuando sea al revés, en el momento que ingresemos más de lo que gastamos”, ya que el problema se lo pasaríamos a él. Ante esta situación, la familia tiene 2 opciones: o reduce su nivel de vida al de sus ingresos o eleva la renta familiar con nuevas aportaciones de sus miembros. Lo normal es que haga las 2 cosas a la vez, analizará la estructura del gasto familiar y comenzará la poda de lo innecesario y a la vez, investigará todas las posibilidades para ampliar la renta conjunta. Esto es lo que los organismos exteriores, mercados financieros y hasta agencias de calificación están valorando de nuestro cambio de comportamiento. . Y esta es la dirección que, recientemente y ante los mismos problemas, han iniciado dos grandes líderes progresistas vecinos. Cuando Valls, en Francia, plantea la congelación de pensiones, la reducción de los gastos sanitarios y las prestaciones sociales y la eliminación de regiones (de Y en la misma dirección está llevando a su país, Italia, uno de los personajes más interesantes de la actualidad política europea, Renzi, con la propuesta de reducir los impuestos a los ciudadanos con menor renta y con un conjunto de medidas para dinamizar la economía y las empresas. Y para compensar esta reducción de recursos públicos, aprueba una serie de disposiciones para recortar la burocracia y la abolición de entidades y cargos públicos que considera de escasa utilidad social. Este programa, a muchos les chocará que sea aprobado por un grupo político que ha sido el verdadero triunfador de las elecciones europeas, con el 40’8% de votos y que integra las grandes agrupaciones históricas, como el Partido Comunista, la Democracia Cristiana y el Partido Socialista y que se define progresista y de centro izquierda: flexibilidad laboral (extensión de las prórrogas de los contratos temporales), reducción de impuestos a las empresas, simplificación de la creación de sociedades y reducción y reconversión de las regiones. Lo que me llama la atención es cómo lo justifica, Renzi. Del traspaso al Estado de una serie de competencias que habían sido transferidas a las regiones dice lo siguiente:” no es aceptable que en medio de dificultades económicas las regiones se transformen en microestados que creen gobernarlo todo. Con la reforma del Titulo V de la Constitución no habrá más conflictos entre regiones y Estado. O como lo explica el prestigioso Ministro de Economía, Padoan “la eliminación de las provincias además de reducir costes ofrece una ventaja en materia de simplificación, …..a menudo las funciones burocráticas son totalmente inútiles y cuando no dañinas” El que nuestro debate político no esté centrado en las propuestas de este nuevo y joven político es otra muestra de la falta de preparación, madurez y responsabilidad de buena parte de nuestros medios de información, personajes públicos y hasta partidos políticos. Cuando es el que más brillantemente ha vencido a los movimientos populistas en una sociedad en la que tenían una gran implantación. Para él (en una entrevista publicada en EL PAIS, el 30/5/2014), esto constituye un reto “si hacemos reformas creíbles el populismo no tendrá futuro”. De sus manifestaciones se deduce que Italia tiene su problema en su interior, la responsabilidad de la crisis está en su país y no en Europa y en la competitividad de su economía y en el mal funcionamiento de su Estado. “Para mí Alemania no es el enemigo es un modelo, Cuando pienso en el mercado de trabajo, en la eficiencia de la administración pública, veo un modelo”..” “El ajuste de fondo en Europa tiene que estar centrado no sólo sobre la austeridad, sino también sobre el crecimiento. Crecimiento, ocupación y reforma este es nuestro objetivo” “A mi me interesan más los puestos de trabajo que los puestos de poder” . En esta entrevista adelanta unas palabras “Europa conviene pero no convence. Ahora tenemos que convencer a la gente de que Europa conviene” que completaría posteriormente, el 2 de julio, en el Parlamento Europeo.” Sin crecimiento Europa no tiene futuro” y para ello “el verdadero desafío es reencontrar el alma de Europa, el sentido profundo de estar juntos” También son conscientes de que la aplicación de tan importantes medidas no tienen resultados inmediatos de ahí que Padoan avanza que “los problemas de Italia son en gran medida de alcance estructural y se remontan a antes de la crisis y las medidas estructurales, por definición, tienen la mayor parte de sus efectos en el medio plazo, es decir como mínimo dos o tres años”. Espero que no les paralice la experiencia de que este tipo de reformas acostumbra a tener efectos electorales a corto plazo. ¿Podrán aguantar sus ciudadanos y hasta sus propios compañeros de partido y sindicales este tiempo para verificar el cumplimiento de las promesas de Valls o Renzi o se dejarán seducir por los que llamamos “chiringuitos políticos” que ofrecen soluciones sin esfuerzo para los problemas sociales y que son como los vendedores de productos fraudulentos que llevaron a la ruina, en la gran crisis última, a amplias capas sociales que se dieron cuenta demasiado tarde que la inversión sólo ofreció beneficio personal al que los engañó? Creo que pocos dudarían que esta visión de Valls y Renzi es la vía sensata y razonable para salir de una grave crisis y esto es lo que hemos venido haciendo en los últimos tiempos en España. Si esta gestión cambiara de rumbo por la aparición en la vida pública de nuevas propuestas políticas opuestas a este proceso: eliminar los recortes y el gasto público ineficiente y sin un programa que incentive de manera más radical la capacidad productiva, los prestamistas considerarían que tienen un grave problema con este país con tan enorme endeudamiento. A partir de esta situación de angustia de los mercados e instituciones financieras, el tipo de nuestra prima de riesgo se iría elevando a niveles insospechados ya que nuestra deuda del sector público no ha parado de crecer y la dirección del país estaría en otras manos y con otros principios. Con la elevación de los tipos de interés quedarían reducidos los recursos para los servicios públicos y las prestaciones sociales fundamentales con lo que el ajuste de estos sería más intenso. Si además triunfan los que proponen que no pagarán los prestamos, lo tenemos claro. Porque hay una cosa peor que no poder pagar un préstamo, el que hagas exhibición de que no lo vas a pagar. Ya no nos aprobarán ningún nuevo préstamo ni las renovaciones de los anteriores y seguramente nos irán exigiendo su devolución. . El ajuste ya no lo harán nuestros políticos que tienen que cuidar a su clientela sino los prestamistas exteriores que tendrían otra preocupación mayor que la electoral. Seguramente, a partir de esa misma noche de las elecciones, los ciudadanos comprobarán que no sólo su economía sino también su sistema político pasarán inevitablemente al control de sus acreedores, como les pasó, entre otros, a los griegos. Y entonces, sufriremos lo que hemos señalado reiteradamente en NyR que “en los pueblos insolventes, la dirección política, su programa de gobierno y hasta sus proyectos de futuro, no los deciden sus ciudadanos sino otros que no participan en sus elecciones, el voto de los acreedores”. Así pues, le comenté que para evitar riesgos, y ya que somos tan imprevisibles, era más prudente pedir el préstamo a 7 años que a un año aunque el interés bajara al 3 y pico. Pero, para no preocuparle, no me extendí en los anteriores temores porque, a lo mejor, no se cumplen. Vilafranca del Penedès, 24 de julio de 2014. DANIEL IBORRA FORT Notario y analista de inversiones
ARTÍCULO PUBLICADO EL 10 DE AGOSTO DE 2014
|
|